Paja

Entre los árboles de Westchester mi hermana me simplificó los complicados rincones de mi mente: "Es que sacas la paja", esas cinco palabras resumen todo intento de darle un significado a mis complejidades.
No todo en la vida es perfecto, ni está acomodado al molde.
Siempre ha existido ese conflicto entre mi vida social,  mi vida espiritual y mi vida intelectual. No es que no se lleven bien, pero existe un conflicto. Ese caos en las relaciones que no tolero. Esa paja constante que se acumula en ellas y que me pone con espíritu de barrendero a querer limpiar.
Veo a algunos de mis seres más queridos sumergidos en disfuncionalidades cotidianas donde estoy incluido, eso me da fobia.

El inconcluso, el pendiente de tantas cosas, el desorden que aparece cuando me pongo nervioso, cuando tengo miedo, cuando soy rechazado, cuando tengo dudas, cuando soy egoísta, cuando no quiero ayudar, ese desorden que quiero arreglar al ver la comodidad de estas personas sumergidas en sus desordenes.

Yo también cargo con lo mío, como no.  Leer, escribir, trabajar, ganar, lograr, sacudirse lo malo... 
Me enveneno, me saboteo, después me curo a mí mismo. Soy mi porpio antídoto.


Comentarios