Quien te puso petenera
no supo ponerte nombre
te debía de poner
la perdicion de los hombres.
Y se escuchan por los pasillos del piso 16
los llantos de la música flamenca,
el rasgar de la guitarra, y la voz extranjera.
Esta es la petenera dice Stephen Gingerich.
¿Quién llora esas penas tan lejanas de su tierra?
Con el frío y la nieve, sin olivos, sin ideas.
Por los rincones del piso se escucha la tormenta,
Y las espadas se clavan profundas y plenas.
¿Quién te dio permiso petenera de irte tan lejos de tu tierra?
Aquí nadie te aprecia, todos quieren ser feliz.
Y me pregunto donde esta la rima,
o cómo se versifican las ideas.
¿Cómo contar los versos?... si son libres
¿Cómo causar efecto si lo que sale no es lo que me dicen?
Me vine a estructurar, me vine a aprender reglas.
Y escucho la petenera, viene lejos de su tierra.
Llora como maestra,
Llora como maestra,
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